Los lagos espejo de Lituénigo son en realidad dos pequeños embalses naturalizados cuyas aguas tranquilas y cristalinas capturan la imagen del Moncayo, creando un espejo natural que realza la serenidad y belleza del entorno.

Puedes acceder a ellos en coche desde Lituénigo, estando bien señalizado su acceso desde el pueblo. Pero si te gusta caminar, tienes un bonito recorrido circular por pista de tierra de unas dos horas de duración, apto para toda la familia, que comienza en un panel de información de la ruta que encontrarás en la carretera que cruza el pueblo.

La combinación de su serenidad, la diversidad de su fauna y flora, y las impresionantes vistas del Moncayo convierten a estos pequeños embalses en un paraje de gran encanto para quienes desean disfrutar de la belleza natural de Aragón.

Paisajes del Agua