Como preludio del carnaval, en Lituénigo (Zaragoza) se realiza una procesión singular. Al atardecer, los habitantes del pueblo buscan a su patrona, acompañados por sus dos patronos: San Blas, llevado en hombros por los mozos de Lituénigo, y San Miguel, portado por los mayordomos. Parten de la iglesia parroquial entre rosarios y rezos, mientras los cazadores del pueblo disparan sus escopetas al aire, creando un gran estruendo.

Aquellos que no tienen escopetas participan con petardos, y una gran traca explota en un campo cercano. En el pasado, los disparos se realizaban con trabucos o arcabuces, armas que ya no existen en el presente.

Esa noche, el pueblo se ilumina con hogueras y con todas las luces de las casas encendidas, y la virgen es trasladada al pueblo donde permanece "custodiada" por los vecinos. El domingo, se cantan las auroras y, tras la misa, la imagen de la patrona es devuelta a su ermita, donde permanecerá el resto del año, marcando así el inicio del carnaval.

Fuente: www.lituenigo.es

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