TIERRAS DEL MONCAYO
El último día de abril o el primero de mayo aún es costumbre en muchos pueblos del Moncayo colocar en la plaza, en la explanada de la iglesia o en el trinquete (frontón), el tronco pelado de un gran árbol adornado que recibe el nombre de "mayo" o "pimpollo".
Tradición ancestral celebrada en gran parte de Europa que festeja el final del invierno y el comienzo del buen tiempo. El mayo sorprende por su altura y antiguamente era "pingado" por los quintos (mozos en edad del servicio militar obligatorio) mediante sogas, ayudados por los casados cuando era necesario, de ahí el dicho: "Vítores a mayo que te empinaron, pero fue con la ayuda de los casados".
En su parte superior se colgaban regalos como prendas, alimentos o ramas del propio mayo que los mozos debían recuperar para demostrar su hombría. En algunas comarcas, el árbol descortezado se untaba con jabón o grasa para dificultar la conquista de los trofeos.
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